Los niños deben empezar a usar audífonos lo antes posible para minimizar la interrupción de la información auditiva que produce la pérdida de audición, y de esta manera, minimizar el retraso en el desarrollo del lenguaje oral.
Será un paso fundamental el de proporcionar, tan pronto como sea posible, la amplificación necesaria y adecuada con los audífonos.
Esto conllevará educar a los padres en la importancia de la experiencia auditiva temprana y sobre la necesidad de que el bebé lleve los audífonos el máximo de tiempo posible.
Los audífonos como piezas principales en el desarrollo del bebé
La adaptación temprana de los audífonos durante los primeros meses de vida aumenta las emisiones orales del niño.
Esto se traduce en una mejora de la calidad de su voz, ya que actúa creando una retroalimentación que contribuye a estimularlo.
Uno de los elementos básicos para el proceso de la adaptación protésica son los moldes anatómicos auditivos.
En el caso de los bebés, la adecuación del molde presentará mayor dificultad que la que presenta en un adulto.
El molde desempeña un papel importante no solo como elemento pasivo de sujeción de las prótesis auditivas en el pabellón auditivo, sino también en permitir el máximo aprovechamiento de la ganancia de la adaptación.
El diminuto pabellón y canal auditivo del bebé dificulta muchas veces que la prótesis auditiva quede bien sujeta al oído, provocando su continua caída.
La cuerda de sujeción que une los audífonos con la ropa del bebé ayudará a mantener la seguridad de las prótesis frente a una posible pérdida.
Muchos bebés presentan pérdidas auditivas graves, lo que obliga a adaptar prótesis con amplificación potente, que unido a los canales auditivos pequeños y al hecho de que los bebés pasan mucho tiempo en posiciones semiacostados, es muy probable que se produzca un pitido o realimentación (feedback) del audífono. Los problemas acústicos pueden requerir varios moldes para corregirlos.
El papel de los padres en la aceptación de los audífonos
Para los padres, los audífonos representan un elemento que pone de manifiesto la sordera su hijo. La aceptación que hagan ellos de las prótesis auditivas marcará también la aceptación que haga el niño.
Adoptar el hábito de poner los audífonos como parte de la rutina de los niños, como lo es cambiar el pañal, facilitará evitar la “batalla de los deseos” que se puede desarrollar más tarde por parte del niño.
Si las primeras experiencias del niño con los audífonos son de placer por el hecho de escuchar, esto marcará su aceptación. En este caso se aconseja que los lleve todo el día y solo se los quiten en el momento de acostarlo o de bañarlo.
Si el niño tira de los audífonos y se los quita, al igual que hace con los calcetines, hay que distraer su atención hacia actividades en las que pueda disfrutar, tales como ver dibujos animados o la interactuación con el adulto sonriente.
Estas actividades gratificantes le permitirá asociar la información auditiva con un refuerzo positivo. Si el bebé se muestra cansado o enfadado se puede hacer una adaptación progresiva, aunque hay que evitar poner y quitar los audífonos, ya que esto crea desconcierto al oír de manera distinta con audífonos y sin ellos, dificultando el proceso de identificar y significar el sonido.
Si el desarrollo del lenguaje hablado es la prioridad para los padres, éstos deberán aprender a ser firmes y dejar claro al niño que el uso de los audífonos no es negociable, ya que el bebé necesitará tener la mayor cantidad de experiencias auditivas posibles
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